El secretario de Estado afirmó textualmente en la homilía: «la Iglesia desea poder ampliar sin límites el radio de su acción a otros ámbitos, para contribuir con tesón al bien común del pueblo cubano».
La crónica del acontecimiento ha sido recogida por el diario oficial, «Granma». Asistieron a la celebración el presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón; el canciller Felipe Pérez Roque; el primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la capital, Pedro Sáez; Juan Contino, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, y el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, así como integrantes del cuerpo diplomático, entre otras personalidades.
Al inicio del acto litúrgico, realizado en la Plaza de la Catedral capitalina, el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, pidió que la presencia de Bertone aquí «sea augurio» de una próxima visita de Benedicto XVI a Cuba, como destaca el mismo «Granma».
El cardenal Bertone está recordando en Cuba los diez años de la histórica visita de Juan Pablo II a la isla caribeña.
«Colocada como llama en el corazón de la humanidad, como levadura y sal entre los hombres de cualquier raza y cultura, la Iglesia pide ser reconocida y respetada en su misión, sin ánimo de imponer, sino de proponer el Evangelio a cuantos encuentra en su camino», afirmó el purpurado.
Según aclaró, «con la proclamación del Evangelio de Cristo, la Iglesia ha dado una gran aportación a este continente, y en particular a Cuba, alentando el respeto de la vida humana desde su concepción a su término natural, tutelando el valor de la familia fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, defendiendo la libertad de conciencia y la libertad religiosa y promoviendo la inviolable dignidad de la persona humana».
«A lo largo de los siglos, esta verdad del Evangelio ha guiado los pasos de muchos cristianos en su tarea de ser sembradores de justicia y de paz».
«Más aún, los principios de libertad, igualdad y fraternidad, que en los últimos siglos se han afianzado fuertemente en la conciencia de los pueblos, tienen un cimiento sólido en el Evangelio y un desarrollo creciente en el pensamiento y en la conducta de los creyentes en Cristo».
En particular, el cardenal Bertone destacó la obra de caridad que ha realizado la Iglesia en Cuba tanto en el pasado como en el presente.
«Ella, fiel a las enseñanzas de Cristo, aspira a estar cada vez más presente y activa en medio de la sociedad con las modalidades propias del mundo actual, llevando a cabo al mismo tiempo su apremiante misión de enseñar, sanar, asistir al pobre y promover la dignidad de todos los seres humanos en su dignidad, ya sean marginados, desplazados o encarcelados».
En particular, el purpurado italiano reconoció el trabajo que realiza Caritas cubana «en favor de los ancianos, y sus esfuerzos por llegar hasta sus hogares y atenderlos, así como su afán por ayudar a las personas enfermas, solas o necesitadas».
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