Esta celebración, seguida por miles de personas, fue inaugurada con la procesión de los ramos de olivos, que debían ser bendecidos por el Sumo Pontífice.
Benedicto XVI pidió el fin de la violencia en Irak en lo que llamó "un grito del corazón” durante la oración del Angelus, en la Plaza San Pedro del Vaticano, tres días después de la "trágica desaparición" del arzobispo caldeo de Mosul, monseñor Faraj Rahu.
"Que paren las masacres, la violencia y el odio en Irak", reclamó el Papa, durante la oración. Benedicto XVI, dirigiéndose al pueblo iraquí, "que desde hace cinco años sufre las consecuencias de una guerra que ha provocado la desintegración de su vida civil y religiosa", añadió: "Levanta la cabeza y sé, tú mismo, el primero en reconstruir tu país".
Recordando a monseñor Faraj Rahu y su muerte trágica, el Papa destacó su "bello testimonio de fidelidad a Jesucristo, a la Iglesia y a su pueblo, al que pese a las amenazas, no quiso abandonar". El Domingo de Ramos, el primer día de la Semana Santa, los cristianos conmemoran la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén, donde fue recibido por una multitud entusiasmada que agitaba ramos de olivo.
Esta jornada precede, al arresto, muerte en la cruz y la resurrección de Jesús.
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