2. Le hacemos llegar a sus familiares, amigos y compañeros de estudios, sumidos en tan gran dolor, nuestras sentidas palabras de condolencia y solidaridad y les aseguramos el apoyo de nuestras oraciones.
3. Ante está incontenible escalada de crímenes perpetrados a mansalva, elevamos nuestro clamor al cielo: ¡No más violencia! ¡No más sangre derramada entre hermanos!
4. Instamos a las autoridades competentes a llevar a cabo con rigor las investigaciones que se imponen para lograr que el crimen se esclarezca y se haga justicia.
5. Hacemos un imperioso llamado a las autoridades, a los estudiantes y a la ciudadanía en general para que no se dejen arrastrar por las fuerzas ciegas del odio y de la venganza y cultiven con ahínco los valores fundamentales del respeto a la vida, de la dignidad humana y de la reconciliación.
6. Pedimos especialmente a los jóvenes, que no se dejen llevar por la tentación de la violencia, que recurran a las formas de convivencia pacífica y democrática a través de las cuales puedan expresar sus justos reclamos y sugerencias para la construcción de una nueva sociedad, más justa y democrática.
7. Reiteramos nuestro compromiso como pastores y ciudadanos amantes de la convivencia y de la paz, de seguir trabajando junto con todos los actores sociales, religiosos y políticos del Zulia y de toda Venezuela, para alejar definitivamente de nuestra región el flagelo de la inseguridad, de la violencia y del odio. Queremos que en el Zulia nuestra Iglesia sea una escuela permanente de verdad y de justicia, de perdón y reconciliación para construir una paz autentica "(cf. Documento de Aparecida Nº 542)
Con nuestra bendición:
Ubaldo R. Santana S. C., Arzobispo de Maracaibo
Oswaldo Azuaje P., Obispo Auxiliar de Maracaibo
Maracaibo, 3 de octubre de 2008
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