El Pontífice envió una carta personal a los sobrevivientes del terremoto que ha dejado cerca de 300 muertos; la misma que fue leída el Viernes Santo por el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, durante el funeral por las víctimas.
El Santo Padre autorizó además la celebración de la Misa de Exequias a pesar de ser Viernes Santo, día en que, por la muerte de Cristo, no pueden celebrarse Eucaristías, ni siquiera exequiales.
El regalo del Papa fue recibido por el Obispo de L'Aquila, Mons. Giuseppe Molinari, quien expresó "nuestro agradecimiento al Papa por su gran cercanía en este momento dramático. También éste es un signo de cercanía a nuestros niños".
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