Celebración de la Palabra de Dios en
Familia
Domingo XXV Tiempo Ordinario / 20 de septiembre
2020
Querida familia, con
frecuencia, no sospechamos los creyentes que lo que nosotros «sabemos» de Dios,
o lo que creemos «saber», puede ser un grave obstáculo para abrirnos al Dios
genuino de Jesús. Nos aferramos a
nuestros propios esquemas, nos elaboramos nuestra imagen «particular» de Dios,
y no aprendemos desde Jesús y con Jesús, a vivir ante ese Padre que nos acoge
como hijos y nos llama a la convivencia fraterna.
Quien preside la celebración invita a
signarse a los miembros de la familia
En el nombre del
Padre, + Del Hijo, y del Espíritu Santo.
R/ Amen.
ACTO PENITENCIAL
Quien preside la celebración invita a un rato
penitencial
Dejemonos mirar amorosamente por El Señor y con esperanza
reconozcamos nuestros pecados.
(Momento
de silencio)
Algún miembro de la familia recita las siguientes
peticiones de perdon:
-Por las veces que pienso solo en mis necesidades.
R/ Perdón, Señor, perdón
-Por las veces que presto poca atencion a tu Palabra.
R/ Perdón, Señor, perdón
-Por las veces que no comprendo tu modo de amarme.
R/ Perdón, Señor, perdón
Quien
preside la celebración recita las siguientes palabras
Ahora, nos comprometemos a hacer el bien, nos arrepentimos
del mal que hemos hecho, siempre fijandonos en la bondad de Jesus.
MOMENTO DE COMPARTIR LA PALABRA DE DIOS
Un miembro de la familia toma la Santa Biblia del
altar y la muestra a todos, luego se la entrega a quien hará la lectura
Lectura del Santo Evangelio según Mateo Mt 20, 1-16
Quien preside la celebración hace lectura del
evangelio dominical
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de
los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar
jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por
jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez
a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo:
“Vayan también
ustedes a mi viña y les pagaré lo debido».
Ellos fueron.
Salió de nuevo
hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Salió al caer
la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
“¿Cómo es que
están aquí el día entero sin trabajar?”.
Le
respondieron: “Nadie nos ha contratado”.
Él les dijo: “Vayan
también ustedes a mi viña».
Cuando
oscureció, el dueño dijo al capataz:
“Llama a los
jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los
primeros”.
Vinieron los
del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros,
pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno.
Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo:
“Estos últimos
han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos
aguantado el peso del día y el bochorno”.
Él replicó a
uno de ellos:
“Amigo, no te
hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete.
Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer
lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.
Así, los
últimos serán primeros y los primeros, últimos».
Palabra del Señor. R/ Te
alabamos Señor.
Meditación en modo Lectura orante
Algunas pistas de
Jose Antonio Pagola: La parábola que les contó los dejó
desconcertados. El dueño de una viña salió repetidamente a la plaza del pueblo
a contratar obreros. No quería ver a nadie sin trabajo. El primer grupo trabajó
duramente doce horas. Los últimos en llegar sólo trabajaron sesenta
minutos. Sin embargo, al final de la
jornada, el dueño ordena que todos reciban un denario: ninguna familia se
quedará sin cenar esa noche.
Reconstruimos el
texto: ¿De qué trata la parábola que narra Jesús?, ¿Cuántas veces salió a la plaza para ir contratando los obreros?, ¿Cuánto era el salario que arregló con los
primeros?, ¿Cómo termina el relato? ¿Quiénes serán los primeros y quiénes los
últimos?
Meditemos el texto: ¿Cómo calificar la actuación de este señor que ofrece una recompensa
igual por un trabajo tan desigual? ¿No es razonable la protesta de quienes han
trabajado durante toda la jornada? ¿Cuánto tiempo llevas tú trabajando para la
viña del Señor? ¿Te alegras cuando llega alguien nuevo a la Iglesia?
Tarea de la semana: hacer un plan misionero para contactar a los hermanos que últimamente se
han incorporado a nuestra comunidad. Envía un mensaje o realiza una llamada
telefónica.
Intenciones de la Iglesia y la Familia
Quien preside la celebración invita a orar con
peticiones libres
El encuentro con la Palabra de Dios nos lleva a confiar en
Dios. No olvidemos orar por los estudiantes y sus familias.
Roguemos al Señor. R/ Acoge
nuestra suplica.
Atendemos a la invitación del Señor expresando: Padre Nuestro…
Oración de comunión espiritual (San Alfonso María de Ligorio)
Algún
miembro de la familia recita la oración y todos la repiten
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el
cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte
dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al
menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del
todo a Ti.
Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.
Amén.
Luego de
un breve silencio algún miembro de la familia recita un Avemaria
Dios te salve Maria…
BENDICIÓN FINAL
Se
concluye con la petición de bendición por parte de quien dirige:
Dios nuestro Padre les llene siempre de alegría y paz,
fortaleza y esperanza, amor y firme deseo de seguir el camino de Jesús.
El Señor nos
bendiga, + nos guarde de todo mal, y nos lleve
a la vida eterna. R/ Amén
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