En una reciente homilía, el Prelado recordó que "son muchos los creyentes que no participan en la Eucaristía dominical, ni reciben con regularidad los sacramentos ni se insertan activamente en la comunidad eclesial".
Asimismo, indicó que "el aborto que amenaza la vida, la niñez abandonada, la familia quebrada, la violencia social y la inseguridad, las búsquedas equivocadas: sexo, alcohol, droga", el "hambre de amor y justicia, la concentración de las riquezas", son hechos que deberían cuestionar a los católicos, pero no tienen eco por "el tibio protagonismo de nuestros dirigentes y de nuestros creyentes para leer desde la fe estos interrogantes".
Esta realidad "constituye un desafío que cuestiona a fondo la manera cómo estamos educando en la fe", aseguró Mons. Cardelli. "O educamos en la fe, poniendo realmente en contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, o no cumpliremos nuestra misión evangelizadora", que es una "tarea irrenunciable" a la que "hemos sido reiteradamente convocados", acotó.
Por eso se deben "buscar formas de acercamiento para ayudarlos a valorar el sentido de la vida sacramental, de la participación comunitaria y del compromiso ciudadano", además de la búsqueda de auténticos valores y virtudes cristianas, destacó el Prelado.
En otro momento, el Obispo exhortó a "aprovechar pedagógicamente el potencial educativo que encierra la piedad popular mariana", pues "cultivando el amor personal a María, verdadera educadora de la fe" el cristiano va asemejándose "cada vez más a Jesucristo provocando la apropiación progresiva de sus virtudes".
"Combatir la vida cristiana vegetativa y la pastoral de mantenimiento", cambiarla "por una vida cristiana de comunión y participación, decidida, valiente, creativa, para superar la iniciación cristiana fragmentada. Dios, que nos muestra este camino, no dejará de darnos la fuerza para recorrerlo", concluyó Mons. Cardelli.
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