"Distinta a esta justa secularización, es el secularismo, el mayor problema a encarar en nuestro tiempo, porque desconoce a Dios, lo omite, ni siquiera lo discute", explicó, e indicó que este "olvido de Dios, fundamento último de todo valor ético, conlleva el riesgo de alimentar en los hombres la autosuficiencia y absolutizar el poder, el dinero la mera eficiencia o el Estado mismo".
El Prelado también lamentó la multiplicación de las propuestas religiosas que no respetan "la justa autonomía de las leyes naturales", y que da lugar a "una especie de proselitismo religioso que abunda en promesas de curaciones, milagros, sanaciones que parecen más un negocio religioso y ofertas de multiconsumo".
Mons. Martínez explicó que en el caso de la Iglesia, es prudente y exigente a la hora de reconocer los milagros. Asimismo, recordó que en Aparecida (Brasil), el Papa Benedicto XVI señaló que "la evangelización ‘no’ puede ser una acción proselitista".
"Un discipulado que nos ayude a madurar nuestra fe, no puede dejar de ordinario de integrar el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, ‘la cruz’ como parte del camino pascual", indicó.
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