La medida surgió luego de que se presentaran constantes robos y altercados dentro del templo lo que ha generado nerviosismo y tensión en la colectividad.
Indignados por la problemática, la comunidad católica expresó su malestar en virtud de que ni en el interior de la iglesia se salvan del hampa.
Los protestantes, en su mayoría damas de la tercera edad, aseguraron que de seguir tal situación continuarán ejerciendo presión hasta que las autoridades tomen cartas en el asunto y ofrezcan vigilancia policial no sólo en los días festivos, sino los 365 días del año.
El asistente administrativo de la Catedral relató algunos de los incidentes violentos, y aseguró que por más de un año han solicitado presencia policial sin que hayan sido tomados en cuenta.
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