Según se informó, la madrugada del martes unos ladrones ingresaron abrieron un boquete por el ala sur del templo, pasaron a la sacristía y luego fracturaron el nicho donde se encuentra la sagrada imagen. Además de la túnica, se llevaron algunas joyas dejadas por los feligreses en pago por promesas, así como el dinero de la limosna.
"Esto no es un robo al párroco o a la Basílica, sino a los feligreses que muchas veces se privan de tener algo y hacen sacrificios para cumplir sus promesas", manifestó Mons. Ramírez.
Tras referirse al incalculable valor religioso de la túnica, el párroco indicó que lo ocurrido "es un signo de la descomposición social que estamos viviendo". Denunció que "frente a nuestra iglesia hay robos constantes y prostitución", por lo que el robo "es una muestra que no hay respeto por nada ni por nadie".
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