En ocasión de sus 50 años de ordenación sacerdotal, L'Osservatore Romano entrevistó al Purpurado quien explicó que actualmente se está reflexionando sobre "una colocación distinta del signo de la paz durante la Misa. Con frecuencia no se comprende el pleno significado de este gesto. Se piensa que es una ocasión para estrechar la mano de los amigos, cuando en realidad es un modo para decir a quien está cerca de uno que la paz de Cristo, presente realmente en el altar, es también para todos los hombres".
Seguidamente precisó que "para crear un clima más recogido mientras nos preparamos para la Comunión, se ha pensado transferir el saludo de la paz al ofertorio. El Papa ha hecho la consulta al Episcopado y luego se decidirá".
El Cardenal Arinze explicó luego que su dicasterio "no es una especie de 'policía' eclesiástica o de 'interventora' para todos los problemas. El dicasterio nació en primer lugar para promover el culto divino", aunque "ciertamente no podemos cerrar los ojos frente a las situaciones objetivamente problemáticas".
El Prefecto dijo luego que "en la Redemptionis Sacramentum de 2004 se indica que muchos de los abusos" litúrgicos "no se deben a una mala voluntad sino a la ignorancia. Algunos no saben, pero además no saben que ignoran algo. No se sabe, por ejemplo, que las palabras y los gestos tienen raíces en la tradición de la Iglesia. Así se cree que siendo más original y creativo cambiando textos o gestos. Frente a estas situaciones, es necesario reafirmar que la liturgia es sagrada y es la oración pública de la Iglesia".
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