“Si mi actitud y mi desobediencia a las leyes canónicas causaron dolor, pido sinceramente perdón a los integrantes de la Iglesia. En especial, le pido perdón al papa Benedicto XVI”, precisó Lugo Méndez en los estudios de la emisora “Fe y alegría”.
Según recordó la nunciatura apostólica en el Paraguay, el 14 de abril, monseñor Fernando Lugo, obispo ordenado en la Iglesia católica, está suspendido “a divinis”.
Hablando sobre su situación, Lugo afirmó en la radio que está dispuesto a dialogar para poder tener “una salida satisfactoria” para él para la Iglesia.
Fuentes de la Santa Sede confirmaron que se está estudiando la situación canónica del obispo, complicada pues es inédita, algo que requiere tiempo.
Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, monseñor Ignacio Gogorza Izaguirre SCJ de Béth, obispo de Encarnación, consideró que será el Papa quien tome una decisión, pero para ello “se necesita tiempo”. Por eso, dijo, la Iglesia en el país esperará las indicaciones de la Santa Sede.
Monseñor Gogorza ademitió, sin embargo, que el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal abordará el tema en su próxima reunión, porque “es un acontecimiento insoslayable en la vida del país”.
Por haberse presentado como candidato a la presidencia de la República del Paraguay, monseñor Fernando Lugo, obispo emérito de San Pedro, fue suspendido “a divinis” con un decreto firmado el 20 de enero de 2007 por el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos. Según esta decisión, el obispo sigue manteniendo el estado clerical, aunque no puede ejercer el ministerio.
Monseñor Lugo, nombrado obispo en 1994 por Juan Pablo II, había pedido a Benedicto XVI la “renuncia al ministerio eclesial”, “para retornar a la condición de laico en la Iglesia”.
La solicitud no le fue aceptada, pues como recuerda el cardenal Re en una carta que acompañó el comunicado “el episcopado es un servicio aceptado libremente para siempre”.
“Con sincero dolor” el cardenal Re anunciaba el deber de aplicar al obispo “la pena de la suspensión a divinis, de acuerdo con lo que indica el canon 1333,1”, del Código de Derecho Canónico.
Para la Iglesia católica el presidente electo del Paraguay, Fernando Lugo, continúa siendo obispo y no es correcto decir “ex obispo” como lo repiten los medios de comunicación.El Vaticano no cuestiona su elección como presidente
Por su parte el vocero vaticano, padre Federico Lombardi, reconoció "que el pueblo elige libremente a los gobernantes", y recordó que Lugo, debido a la suspensión "a divinis", ya no ejercía el ministerio episcopal y explicó que su victoria electoral no exige adoptar de manera "urgente" nuevas medidas sobre su estatus en relación con la Iglesia.
Asimismo, el padre Lombardi aclaró que el Vaticano no cuestiona su elección como presidente de Paraguay y descartó que Iglesia actúe como una "especie de oposición particular".
"La cuestión es cómo definir correctamente su estatus, dado que es un obispo. Es una cuestión jurídico canónica sobre su función, su estatus en la Iglesia. No es un problema de relaciones diplomáticas", insistió.+
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